Lejos del movimiento corporal, antes, siempre era anterior el motor vibrante de las cuerdas vocales y el aire impulsado con fuerza o desgano, para activar al fin ciertas varias articulaciones y concretar: el sonido, la palabra, el lenguaje. Y después, siempre luego - aunque todavía anterior a la reacción inmediata del cuerpo- emanaba de aquélla dulce pronunciación, a la manera del vapor o de la calidez del aliento en la fría intemperie, fluía así a través del aire sobre las mismas vibraciones: ese algo cayendo, invisible, en otros cuerpos con oídos fijos.
El otro en su pasividad, resguardaba el bullicio material y rechazaba en su propio sistema- debido a éste- al fondo implícito que había llegado a incorporarse en él contra su voluntad. El resultado fue el cambio, la resistencia ajena es siempre menor, y apareció, aunque similar, algo compacto, duro y pesado.
El desorden emerge de las inconstancias que varían en los hombres. Las afortunadas capacidades disímiles que marcan el límite de los yoes.
01 mayo 2011
Publicado por soy un álamo en domingo, mayo 01, 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Copyright © 2011 The mystery of stillness
Designed by headsetoptions, Blogger Templates by Blog and Web
0 comentarios:
Publicar un comentario