15 febrero 2013

había sorbido de a lentas bocanadas el té medio azulado por la tacita de porcelana que siempre soñó con tener. no importa si los labios rozaban con fuerza el borde finísimo, era lo intacto en la pose de su mano, desatándose. las cejas arqueadas le cerraron los ojos, importa la chorreadura bordó en el frasco y la mermelada. hubo un ruido de madera mal puesta, dos pies entre las migas, varios gracias sin saber de dónde y para quién. no importa si moldeó el pensamiento que amablemente le fue dado, ama despacito ( muerde bastante) colecciona el amor agarrándolo con los ojos y vive en lo que de él se proyecta como el verdor más fresco, puro y verde otra vez.

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