14 octubre 2011

es uno, dos y tres. no volvés porque ya no sabés cómo. no podrás, eso también, seguro. pero cuándo me dije que quería volver, no, sólo es algo en que pensé porque cuando uno se va, piensa en el lugar de donde se va. entonces no es volver, es caer en la bolsa qué cosí cuando quise ir, irme. pero no hay sillones de un día para el otro, porque busco las baldosas que tienen que estar para dar marcha atrás. ¡Marcha adelante! claro. quién abandona para volver más atrás. me voy para alargar más las manos, o mostrar más los dientes. para no temer tanto o para temer con razón. pero, a su vez me quedo, lo sé, porque lo incorrecto no es el lugar, sino el tiempo. y los ruidos misteriosos que sacuden alguna idea, alguna espera, me dan vuelta el espejo. porque cómo saber qué es mejor, me muevo o me mueve el alma, y ya no puedo hablar de deseos y no terminar en el suelo. dejo abiertas las palabras, el susurro nunca es cierto, el poder del grito inmenso: vamos, a seguir que la vida es mucho más que esto.

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