07 marzo 2012

Turbio.
Modos foráneos de hablar.
Espejismos de un hogar (prismas de rostros que sonríen).
Armazones porque te sostienen, me raspé - mis rodillas.
Suecos altos, vidas vestidas en femeninas curvas, con rasos vestidos.
Palcos y sus caudales sombríos, cuán reconocible dicha tempestad, la que fue vertida por cualquiera de ellos.
Bajo mi frente, bajo mi rostro sin ojos, como si no fuera lo desesperado, el ruido agudo de sus sonrisas.
Débiles, el mundo entero y el amor adentro.
Eterno retorno apuntándome a las costillas.
Bendito seas tú, cielo eterno.

0 comentarios:

Publicar un comentario