el vuelco devastado de unos brillos
o el gruñido, aniquilando
plantas habladoras tras el vidrio
y el espesor no se cuaja
se dividen las manzanas
o los rayos inconstantes
desde el ruido, con la madre,
se dan las sombras con lo inmenso
albergando en voluntad
se da el desierto o un vivir.
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